La Iglesia de Santa Bárbara está en el centro de Madrid, al lado del Tribunal Supremo, del que es parroquia. Es la frontera entre el Madrid castizo, de los Austrias, y el Madrid terrateniente y funcionarial, del Siglo XIX. Fue la iglesia del Monasterio de la Visitación, más conocido como las Salesas Reales. Iglesia y convento fueron fundados, en 1748, por la reina Bárbara de Braganza, mujer de Fernando VI.
A fines del Siglo XIX, el Estado se incautó del Monasterio y lo destinó a Palacio de Justicia y sede del Tribunal Supremo, mientras que la iglesia siguió abierta al culto.
La neoclásica iglesia de Santa Bárbara es obra del arquitecto francés Carlier. Forma parte de los intentos de los reyes Borbones, Felipe V, y sus hijos Fernando VI y Carlos III, y sus arquitectos franceses e italianos, por adaptar la capital madrileña al neoclasicismo francés.
No quiero hablar de la iglesia; aunque su serena belleza neoclásica y su pequeño jardín, invitan a la calma y la meditación. Hablaré de sus sepulcros: dobles símbolos de una España que no pudo ser.
En el interior, están los sepulcros de Fernando VI y Bárbara de Braganza, realizados por Sabatini, otro de los arquitectos que intentaron modernizar el estilo hispánico y adaptarlo a la moda europea. También se encuentra el sepulcro del general Leopoldo O´Donnell, duque de Tetuán. Ambos simbolizan, en sus tumbas, oportunidades perdidas, para el conservadurismo reformista y liberalizador español.
1.- FERNANDO VI, REY ILUSTRADO. ENSAYO DE CONSERVADURISMO LIBERAL Y REFORMISTA
Fernando VI, esposo de Bárbara de Braganza, comenzó su reinado, inaugurando una política de reformas internas. El objetivo no era destruir la estructura tradicional del país; era adaptarlo y modernizarlo. Los protagonistas fueron el francófilo Marqués de la Ensenada y el anglófilo José de Carvajal.
1.1.- El Marqués de la Ensenada, intento de modernizar España
El Marqués de la Ensenada fue secretario de Hacienda, Marina e Indias. Intentó potenciar la modernización del país, desde el gobierno.
Intentó sustituir los impuestos tradicionales por un impuesto único: el catastro. Éste gravaba en proporción a la capacidad económica de cada contribuyente.
Creó un banco, estatal, para favorecer la transferencia internacional de fondos. Todas las operaciones en el extranjero quedaron en manos del Estado.
Impulsó y liberalizó el comercio americano. Sustituyó el sistema de monopolio, flotas y galeones, para que cualquier barco español, previa autorización, pudiera comerciar libremente con América.
1.2.- José de Carvajal, intento de apertura de España al exterior
José de Carvajal fue secretario de Estado. Reforzó la posición exterior de España, y contribuyó al florecimiento cultural, creando la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Reformó el ejército y aumentó la influencia española, durante las guerras de Sucesión Austríaca y de los Siete Años.
De Carvajal consiguió firmar un concordato con la Santa Sede y desarrolló una política de
acercamiento a Gran Bretaña y Portugal. Por ejemplo, llegó a acuerdos con Portugal, sobre el reparto de territorios americanos. España cedió a Portugal una zona, donde estaban parte de las reducciones jesuitas; esto supuso un largo enfrentamiento con los guaraníes, y una grave crisis en la Corte española, pues Ensenada era favorable a los jesuitas. Pero triunfó el sector “laicista” y fue destituido.
1.3.- Final del reinado y de un intento modernizador
En 1758, falleció la reina Dña. Bárbara; esto llevó al rey a la locura []. Se recluyó en palacio, hasta su muerte, al año de la de su esposa. Sus restos mortales descansan junto con los de su mujer en la iglesia de Santa Bárbara. Con Fernando VI, muere uno de los muchos intentos de hacer una política de Estado, a la vez respetuosa con la tradición, y con voluntad de reformar el país, adaptándolo a los nuevos tiempos europeos. Intento después seguido por su hermano y sucesor, Carlos III.
2.- EL GENERAL LEOPOLDO O’DONNELL, DUQUE DE TETUÁN, MILITAR CONSERVADOR Y LIBERAL
Leopoldo O'Donnell representa otro intento de modernización de España, desde posturas conservadoras. O’Donnell fue el clásico militar y político del Siglo XIX español. Fue Presidente del Consejo de Ministros, durante el reinado de Isabel II, en 1856 y de 1858 a 1863 y de 1865 a 1866.
2.1.- Actividad militar y primeras armas políticas
Leopoldo O’Donnell procedía de una familia de origen irlandés y tradición militar. Desarrolló la típica carrera militar, durante el reinado de Isabel II. Entró en la primera guerra carlista, como oficial en el bando isabelino, a pesar de que su familia era carlista. Fue ascendiendo, hasta mariscal, y en 1839 era Capitán General de Aragón, Valencia y Murcia, venciendo al terrible General Cabrera.
Acabó la guerra, en 1840, como teniente general y conde de Lucena (por su victoria frente a Cabrera). En la década de los cuarenta, fue sufriendo los vaivenes de la política: ocupaba cargos, cuando gobernaban los “moderados” (conservadores), y se exiliaba o intentaba insurrecciones, cuando gobernaban los “progresistas” (liberales radicales)
A partir de 1854, O’Donnell es uno de los grandes protagonistas de la política monárquica-militar-constitucional española. En ese año, se levanta contra el Gobierno “moderado”, en “la Vicalvarada”; Antonio Cánovas publica su “Manifiesto de Manzanares” y logra atraer a su bando a gran parte del ejército. Con el triunfo revolucionario, el General Espartero, nuevo Presidente del Consejo, nombra a O'Donnell ministro de la Guerra, importante departamento, pues de él depende el ejército.
2.2.- Protagonismo político: jefatura del Gobierno
Espartero cae en 1856 y Leopoldo O'Donnell forma gobierno. Crea la “Unión Liberal”, como vía intermedia, entre conservadores autoritarios (o “moderados”) y liberales radicales (o “progresistas”): apoya a las clases medias, defendiendo el laissez-faire económico (para desarrollar a la burguesía) y confiscando las tierras de la Iglesia Católica (para favorecer a los campesinos). Fue pronto destituido y siguieron dos años de reacción conservadora. Pero su primer gobierno había sentado las bases de su futura política.
El General O’Donnell vuelve al poder en 1858, desarrollando una activa política liberal conservadora, en la misma línea de los políticos franceses y británicos coetáneos: en el exterior, agresividad política y militar; en el interior, defensa de las instituciones (monarquía parlamentaria), y tolerancia frente a las otras posiciones políticas.
2.3.- Expansionismo, eficiencia, liberalismo económico, tolerancia
En 1858, el Gobierno de O’Donnell declara la guerra a Marruecos. Acabó con el Tratado de Tetuán, que reconoció las posiciones españolas en el norte de África. Por su victoria, O’Donnell fue nombrado duque de Tetuán. En 1862, envió a Sudamérica una expedición científica, escoltada por navíos de guerra.
En el interior, destaca la rápida expansión del ferrocarril y de las obras públicas, y su forma de gobernar, que permitía la existencia de partidos de oposición, incluso de los republicanos. O’Donnell gobernó hasta 1863, cuando las presiones de los “moderados” forzaron su dimisión.
En 1865, el Gobierno “moderado” cae, por su sangrienta represión de las protestas estudiantiles. O'Donnell, de nuevo, es Presidente del Consejo. Pero, en 1866, enfrentado con Isabel II, deja el poder.
2.4.- Balance de los gobiernos O’Donnell
Los gobiernos de O’Donnell se esforzaron por desarrollar la economía. Atrajeron la inversión extranjera, y mejoraron la red ferroviaria y las carreteras, aumentaron las obras públicas y se mejoró el aparato administrativo. Sus gobiernos consiguieron cierto desarrollo económico y alentaron la industrialización del País Vasco, Navarra y Cataluña.
La bonanza económica fue empleada para lanzarse a una política exterior más expansiva, ligada a la Francia de Napoleón III. Tropas españolas apoyaron a las francesas en Indochina y México. O’Donnell también intentó recuperar influencia en América: intervención en México, reincorporación de Santo Domingo o Guerra del Pacífico contra Perú y Chile, son intentos de recuperar la influencia española en las antiguas posesiones americanas. O’Donnell también intentó poner las bases para una expansión colonial en África, con su guerra contra Marruecos, que acabó reconociendo las posesiones españolas.
En política interior, los periodos de gobierno de O’Donnell se caracterizaron por una cierta apertura política. Permitió la actuación libre de los partidos de oposición, desde “progresistas”, hasta republicanos. Aunque fracasó en sus intentos de reincorporar a los “progresistas” al sistema político.
Exiliado en Biarritz, Leopoldo O’Donnell muere allí, en 1867. Está enterrado en la iglesia de Santa Bárbara.
3.- DOS MANERAS PARECIDAS DE MEJORAR LA POLÍTICA ESPAÑOLA
Fernando VI y Bárbara de Braganza. Baldomero O’Donnell. Dos maneras parecidas de entender la política española: monarquía y respeto a las instituciones; intervención exterior y no aislamiento; posiciones preeuropeas, inversión para la mejora del país y modernización económica; cierto liberalismo frente a las imposiciones de la Iglesia Católica; tolerancia.
En ambos casos, estos intentos de gobierno, a la vez conservadores y aperturistas, se saldaron con relativos fracasos. Esperemos que no sea el sino de España.
A fines del Siglo XIX, el Estado se incautó del Monasterio y lo destinó a Palacio de Justicia y sede del Tribunal Supremo, mientras que la iglesia siguió abierta al culto.
La neoclásica iglesia de Santa Bárbara es obra del arquitecto francés Carlier. Forma parte de los intentos de los reyes Borbones, Felipe V, y sus hijos Fernando VI y Carlos III, y sus arquitectos franceses e italianos, por adaptar la capital madrileña al neoclasicismo francés.
No quiero hablar de la iglesia; aunque su serena belleza neoclásica y su pequeño jardín, invitan a la calma y la meditación. Hablaré de sus sepulcros: dobles símbolos de una España que no pudo ser.
En el interior, están los sepulcros de Fernando VI y Bárbara de Braganza, realizados por Sabatini, otro de los arquitectos que intentaron modernizar el estilo hispánico y adaptarlo a la moda europea. También se encuentra el sepulcro del general Leopoldo O´Donnell, duque de Tetuán. Ambos simbolizan, en sus tumbas, oportunidades perdidas, para el conservadurismo reformista y liberalizador español.
1.- FERNANDO VI, REY ILUSTRADO. ENSAYO DE CONSERVADURISMO LIBERAL Y REFORMISTA
Fernando VI, esposo de Bárbara de Braganza, comenzó su reinado, inaugurando una política de reformas internas. El objetivo no era destruir la estructura tradicional del país; era adaptarlo y modernizarlo. Los protagonistas fueron el francófilo Marqués de la Ensenada y el anglófilo José de Carvajal.
1.1.- El Marqués de la Ensenada, intento de modernizar España
El Marqués de la Ensenada fue secretario de Hacienda, Marina e Indias. Intentó potenciar la modernización del país, desde el gobierno.
Intentó sustituir los impuestos tradicionales por un impuesto único: el catastro. Éste gravaba en proporción a la capacidad económica de cada contribuyente.
Creó un banco, estatal, para favorecer la transferencia internacional de fondos. Todas las operaciones en el extranjero quedaron en manos del Estado.
Impulsó y liberalizó el comercio americano. Sustituyó el sistema de monopolio, flotas y galeones, para que cualquier barco español, previa autorización, pudiera comerciar libremente con América.
1.2.- José de Carvajal, intento de apertura de España al exterior
José de Carvajal fue secretario de Estado. Reforzó la posición exterior de España, y contribuyó al florecimiento cultural, creando la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Reformó el ejército y aumentó la influencia española, durante las guerras de Sucesión Austríaca y de los Siete Años.
De Carvajal consiguió firmar un concordato con la Santa Sede y desarrolló una política de
acercamiento a Gran Bretaña y Portugal. Por ejemplo, llegó a acuerdos con Portugal, sobre el reparto de territorios americanos. España cedió a Portugal una zona, donde estaban parte de las reducciones jesuitas; esto supuso un largo enfrentamiento con los guaraníes, y una grave crisis en la Corte española, pues Ensenada era favorable a los jesuitas. Pero triunfó el sector “laicista” y fue destituido.
1.3.- Final del reinado y de un intento modernizador
En 1758, falleció la reina Dña. Bárbara; esto llevó al rey a la locura []. Se recluyó en palacio, hasta su muerte, al año de la de su esposa. Sus restos mortales descansan junto con los de su mujer en la iglesia de Santa Bárbara. Con Fernando VI, muere uno de los muchos intentos de hacer una política de Estado, a la vez respetuosa con la tradición, y con voluntad de reformar el país, adaptándolo a los nuevos tiempos europeos. Intento después seguido por su hermano y sucesor, Carlos III.
2.- EL GENERAL LEOPOLDO O’DONNELL, DUQUE DE TETUÁN, MILITAR CONSERVADOR Y LIBERAL
Leopoldo O'Donnell representa otro intento de modernización de España, desde posturas conservadoras. O’Donnell fue el clásico militar y político del Siglo XIX español. Fue Presidente del Consejo de Ministros, durante el reinado de Isabel II, en 1856 y de 1858 a 1863 y de 1865 a 1866.
2.1.- Actividad militar y primeras armas políticas
Leopoldo O’Donnell procedía de una familia de origen irlandés y tradición militar. Desarrolló la típica carrera militar, durante el reinado de Isabel II. Entró en la primera guerra carlista, como oficial en el bando isabelino, a pesar de que su familia era carlista. Fue ascendiendo, hasta mariscal, y en 1839 era Capitán General de Aragón, Valencia y Murcia, venciendo al terrible General Cabrera.
Acabó la guerra, en 1840, como teniente general y conde de Lucena (por su victoria frente a Cabrera). En la década de los cuarenta, fue sufriendo los vaivenes de la política: ocupaba cargos, cuando gobernaban los “moderados” (conservadores), y se exiliaba o intentaba insurrecciones, cuando gobernaban los “progresistas” (liberales radicales)
A partir de 1854, O’Donnell es uno de los grandes protagonistas de la política monárquica-militar-constitucional española. En ese año, se levanta contra el Gobierno “moderado”, en “la Vicalvarada”; Antonio Cánovas publica su “Manifiesto de Manzanares” y logra atraer a su bando a gran parte del ejército. Con el triunfo revolucionario, el General Espartero, nuevo Presidente del Consejo, nombra a O'Donnell ministro de la Guerra, importante departamento, pues de él depende el ejército.
2.2.- Protagonismo político: jefatura del Gobierno
Espartero cae en 1856 y Leopoldo O'Donnell forma gobierno. Crea la “Unión Liberal”, como vía intermedia, entre conservadores autoritarios (o “moderados”) y liberales radicales (o “progresistas”): apoya a las clases medias, defendiendo el laissez-faire económico (para desarrollar a la burguesía) y confiscando las tierras de la Iglesia Católica (para favorecer a los campesinos). Fue pronto destituido y siguieron dos años de reacción conservadora. Pero su primer gobierno había sentado las bases de su futura política.
El General O’Donnell vuelve al poder en 1858, desarrollando una activa política liberal conservadora, en la misma línea de los políticos franceses y británicos coetáneos: en el exterior, agresividad política y militar; en el interior, defensa de las instituciones (monarquía parlamentaria), y tolerancia frente a las otras posiciones políticas.
2.3.- Expansionismo, eficiencia, liberalismo económico, tolerancia
En 1858, el Gobierno de O’Donnell declara la guerra a Marruecos. Acabó con el Tratado de Tetuán, que reconoció las posiciones españolas en el norte de África. Por su victoria, O’Donnell fue nombrado duque de Tetuán. En 1862, envió a Sudamérica una expedición científica, escoltada por navíos de guerra.
En el interior, destaca la rápida expansión del ferrocarril y de las obras públicas, y su forma de gobernar, que permitía la existencia de partidos de oposición, incluso de los republicanos. O’Donnell gobernó hasta 1863, cuando las presiones de los “moderados” forzaron su dimisión.
En 1865, el Gobierno “moderado” cae, por su sangrienta represión de las protestas estudiantiles. O'Donnell, de nuevo, es Presidente del Consejo. Pero, en 1866, enfrentado con Isabel II, deja el poder.
2.4.- Balance de los gobiernos O’Donnell
Los gobiernos de O’Donnell se esforzaron por desarrollar la economía. Atrajeron la inversión extranjera, y mejoraron la red ferroviaria y las carreteras, aumentaron las obras públicas y se mejoró el aparato administrativo. Sus gobiernos consiguieron cierto desarrollo económico y alentaron la industrialización del País Vasco, Navarra y Cataluña.
La bonanza económica fue empleada para lanzarse a una política exterior más expansiva, ligada a la Francia de Napoleón III. Tropas españolas apoyaron a las francesas en Indochina y México. O’Donnell también intentó recuperar influencia en América: intervención en México, reincorporación de Santo Domingo o Guerra del Pacífico contra Perú y Chile, son intentos de recuperar la influencia española en las antiguas posesiones americanas. O’Donnell también intentó poner las bases para una expansión colonial en África, con su guerra contra Marruecos, que acabó reconociendo las posesiones españolas.
En política interior, los periodos de gobierno de O’Donnell se caracterizaron por una cierta apertura política. Permitió la actuación libre de los partidos de oposición, desde “progresistas”, hasta republicanos. Aunque fracasó en sus intentos de reincorporar a los “progresistas” al sistema político.
Exiliado en Biarritz, Leopoldo O’Donnell muere allí, en 1867. Está enterrado en la iglesia de Santa Bárbara.
3.- DOS MANERAS PARECIDAS DE MEJORAR LA POLÍTICA ESPAÑOLA
Fernando VI y Bárbara de Braganza. Baldomero O’Donnell. Dos maneras parecidas de entender la política española: monarquía y respeto a las instituciones; intervención exterior y no aislamiento; posiciones preeuropeas, inversión para la mejora del país y modernización económica; cierto liberalismo frente a las imposiciones de la Iglesia Católica; tolerancia.
En ambos casos, estos intentos de gobierno, a la vez conservadores y aperturistas, se saldaron con relativos fracasos. Esperemos que no sea el sino de España.