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miércoles, 12 de octubre de 2011

FRANCIA Y POLONIA. ELECCIONES PARALELAS

DOS ELECCIONES MUY DIFERENTES


El fin de semana pasado, se celebraron en Europa (Francia y Polonia) dos elecciones muy distintas, pero que han resultado curiosamente paralelas.


El Partido Socialista francés ha celebrado la primera vuelta de las primarias, para escoger su candidato a la elección presidencial. Las elecciones estaban abiertas, no sólo a los militantes, sino a todos los demócratas de izquierda que quisieran votar.


En Polonia, se han celebrado las clásicas elecciones a la cámara baja del parlamento. Con participación ciudadana baja: alrededor del 50% del electorado.


CON RESULTADOS COMPARABLES


En ambos casos, ha ganado el candidato favorito. En Francia, François Hollande (39% de los votos) además, controlaba gran parte del aparato del partido. En Polonia, Donald Tusk (39% de los vostos) era el Primer Ministro, por tanto, controlaba el gobierno.


En ambos casos, la opción ganadora es la centrista reformadora


Hollande tiene un programa moderado, defendiendo la conservación de los derechos sociales, aunque adaptándose a los cambios económicos actuales. Tusk lidera el partido liberal Plataforma Ciudadana (PO), que también apoya la modernización y liberalización de Polonia, pero de forma moderada y progresiva. En resumen, ambos abogan por la internacionalización, el europeísmo, y la adaptación a la modernidad.


La segunda opción, perdedora aunque muy fuerte, es el status quo: socialdemócrata o católico, mutatis mutandis


En Francia, Martine Aubry ha quedado segunda (30%), con un proyecto socialdemócrata tradicional; defensa de los derechos adquiridos por las clases populares, sin mayores concesiones a la nueva situación: soluciones nacionales francesas para enfrentarse a un cambio global. Tenía el apoyo de muchos jerarcas y cargos electos socialistas.


En Polonia, Jaroslaw Kacnynski y su partido (Derecho y Justicia - PiS) han tenido el 30% también, defendiendo una postura muy tradicional: nacionalismo, conservadurismo social y catolicismo; desde otro punto de vista, pues, más de lo mismo. En este caso, Kaczynski tenía el apoyo de muchos jerarcas de … la Iglesia Católica.


El germen de un populismo anti sistema


La tercera opción ha sido sorprendente, en ambos casos. Por sus ideas y por el apoyo recibido.


En Francia, Arnaud Montebourg ha tenido el 16% de los votos, con un programa populista de izquierda radical: anti globalización, anti modernización, anti capitalista. En Polonia, Janusz Palikot o el ha recibido el 11% de los votos, con una mezcla de populismo y redicalismo liberal; anticlerical, modernizador en lo social, antípolítico: quiere gobernar Polonia "como se dirige una empresa". Dos políticos anti sistema, que pueden ser el germen de movimientos populistas importantes.


RESULTADOS SIMILARES, QUE NOS HACEN REFLEXIONAR


Dos electorados tan diferentes, en los dos extremos de Europa. Francia, en el eje de la Unión Europea, creadora de sus instituciones y del Euro; directora de la política continental durante cincuenta años. Polonia, el mayor país excomunista de Europa del Este, integrada en la Unión desde hace diez años, adaptándose a la nueva situación, entre sus poderosos vecinos.


Ambas se enfrentan a nuestra época de crisis, y reaccionan políticamente de manera parecida. Apuestan por el reformismo centrista / liberal, aunque no de forma contundente: muchos ciudadanos se aferran a soluciones clásicas (sean socialdemócratas o católicas conservadoras). Mientras, una minoría importante avisa: la sociedad sufre, las clases populares están progresivamente peor, los jóvenes no ven una salida.


Hay que encontrarla, si queremos que sociedad civil, actividad política y democracia sigan siendo valores compartidos.


sábado, 20 de diciembre de 2008

FERNANDO LUGO, ECLESIÁSTICO Y PRESIDENTE DE PARAGUAY

Mi amigo Parapiti Pora nos envía un interesante comentario, sobre la influencia estadounidense en el nuevo gobierno de centro-izquierda de Paraguay, del Presidente Fernando Lugo. No creo que extrañe a nadie. Tampoco es sorprendente la elección de un obispo católico, como líder de Paraguay; el país tiene una larga tradición de gobiernos eclesiásticos.

1.- EL OBISPO PRESIDENTE

1.1.- Fernando Lugo, sacerdote y obispo

Fernando Lugo, Presidente de Paraguay, ha tenido la tradicional carrera eclesiástica católica. De familia humilde, hizo estudios eclesiásticos, y se licenció en la Universidad Católica de La Asunción (Paraguay). Fue ordenado sacerdote en 1977 y trabajó en Ecuador, como misionero y párroco. En los años ochenta, estudió en la Pontificia Universidad Gregoriana, regida por los jesuitas. Vuelve a Paraguay, como presbítero; en 1994, es nombrado obispo de San Pedro, la región más pobre del país.

A partir de su nombramiento episcopal, monseñor Lugo desarrolla una intensa actividad, en defensa de los pobres de su diócesis. En 2004, el Vaticano dispuso su retiro como obispo, aunque siguió, como párroco en ambientes populares. Finalmente, en 2006, Lugo renunció a su ministerio sacerdotal, para dedicarse a la política.

1.2.- Fernando Lugo, candidato de la oposición, elegido Presidente

Desde 2006, Fernando Lugo se convirtió en el principal dirigente de la oposición. Canalizó las protestas de partidos, movimientos sociales y sindicatos, contra la política del Partido Colorado, que gobernaba Paraguay, desde hacía más de 60 años.

Lugo se presentó a las elecciones presidenciales de 2008, por la Alianza Patriótica para el Cambio, coalición de partidos de centro e izquierda contrarios al gubernamental Partido Colorado. Ésta incluía, desde el Partido Liberal Radical Auténtico (oposición tradicional a los colorados) y el socialdemócrata Partido Revolucionario Febrerista, hasta populistas de izquierda, y movimientos sociales y sindicales.

Lugo se declaró de centro, para anunciar después sus simpatías hacia el socialismo.
En las elecciones generales y presidenciales de 2008, venció Lugo con una ventaja de un 10 %, sobre la candidata gubernamental. Finalizaban, así, 61 años de gobierno del Partido Colorado.

2.- EL GOBIERNO DE LOS JESUITAS

No es la primera vez que sacerdotes católicos gobiernan Paraguay. El país tiene un original antecedente, en el gobierno de los jesuitas, sobre el campesinado indio (guaranis), agrupado en “reducciones”, durante los siglos XVII y XVIII.

2.1.- Las “Reducciones Jesuitas”

La Compañía de Jesús organizó sus “Reducciones Jesuitas”, en el Este de Paraguay, a partir de 1609, para contribuir a la pacificación de los indígenas. Trabajaban con la población indígena guaraní, y organizaron un régimen político estable y un sistema agrícola próspero. Las reducciones florecieron durante casi 150 años, hasta que fueron destruidas por las tropas portuguesas y españolas, a mediados del Siglo XVIII. Las ruinas de estas originales misiones todavía pueden verse en Paraguay, norte de Argentina y oeste de Brasil.

2.2.- Organización de las Reducciones

Los padres jesuitas controlaban las reducciones, combinando su gobierno teocrático con cierta participación indígena. Desarrollaron una original mezcla cultural: barroco hispánico, religión católica, música indígena, respeto a la lengua guaraní, etc.

Desde 1604 hasta 1767, los jesuitas establecieron, con los indígenas guaraníes de Paraguay, un original gobierno teocrático. Las reducciones llegaron a ser prácticamente independientes, con gran autonomía frente a los gobernadores de Asunción. Cobijaban a miles de indígenas, a los que se enseñaba la religión católica, agricultura, artesanía y pequeña industria. La lengua guaraní fue respetada y se fijó por escrito; se usó, para escribir obras de teología o historia.

Cada reducción estaba regida por jesuitas, que vivían en ella: “rector”, máxima autoridad; “doctrinero”, encargado de la instrucción; “despensero”, encargado de la administración económica; y “coadjutor”, nexo entre jesuitas e indígenas.

2.3.- Fin de las Reducciones

Las reducciones cayeron, víctimas de un doble enfrentamiento, típico del Siglo XVIII.

Por un lado, oposición entre “despotismo ilustrado” y la tradicional Iglesia Católica, especialmente los jesuitas. Las monarquías española y portuguesa pretendían modernizar la industria y la agricultura, desarrollar la economía y la cultura de sus súbditos; todo ello, bajo un gobierno absolutista monarquico. El choque con la Iglesia era inevitable.

Por otro lado, los terratenientes latinoamericanos se oponían a las normas de las monarquías española y portuguesa y de la Iglesia Católica, que protegían a los indios y dificultaban su explotación como trabajadores. Las reducciones, gobernadas por jesuitas, con una cultura tradicional específica y un régimen tuitivo de los indios, eran un obstáculo.

En 1750 las cortes española y portuguesa decidieron repartirse el territorio de las reducciones. Los jesuitas se negaron a ello, y los ejércitos de ambos países emprendieron sucesivas campañas, para imponer el gobierno real. La resistencia acabó en 1757. En paralelo, los jesuitas fueron expulsados de España y Portugal, y sus dominios respectivos.

Las reducciones fueron puestas bajo el control de delegados reales y pasaron a ser dirigidas por grupos seglares y religiosos. Entraron en un proceso de decadencia, y acabaron despareciendo, por la accion combinada de los terratenientes y los gobiernos coloniales español y portugues

3.- ¿UNA TRADICIÓN RESURGENTE?

Creíamos que el gobierno eclesiástico había desaparecido de Paraguay; pero quizá resurge. Quizá sea una alternativa paraguaya, frente a la tradición de dictadores, que normalmente rigen el país: José Gaspar Francia (1816-1840), el general Carlos López y su hijo (1840-1865) o los generales Moríñigo (1940-1948) y Stroesner (1954-1989), entre otros.

REMBRANDT VAN RIJN

REMBRANDT VAN RIJN