DOS ELECCIONES MUY DIFERENTES
El fin de semana pasado, se celebraron en Europa (Francia y Polonia) dos elecciones muy distintas, pero que han resultado curiosamente paralelas.
El Partido Socialista francés ha celebrado la primera vuelta de las primarias, para escoger su candidato a la elección presidencial. Las elecciones estaban abiertas, no sólo a los militantes, sino a todos los demócratas de izquierda que quisieran votar.
En Polonia, se han celebrado las clásicas elecciones a la cámara baja del parlamento. Con participación ciudadana baja: alrededor del 50% del electorado.
CON RESULTADOS COMPARABLES
En ambos casos, ha ganado el candidato favorito. En Francia, François Hollande (39% de los votos) además, controlaba gran parte del aparato del partido. En Polonia, Donald Tusk (39% de los vostos) era el Primer Ministro, por tanto, controlaba el gobierno.
En ambos casos, la opción ganadora es la centrista reformadora
Hollande tiene un programa moderado, defendiendo la conservación de los derechos sociales, aunque adaptándose a los cambios económicos actuales. Tusk lidera el partido liberal Plataforma Ciudadana (PO), que también apoya la modernización y liberalización de Polonia, pero de forma moderada y progresiva. En resumen, ambos abogan por la internacionalización, el europeísmo, y la adaptación a la modernidad.
La segunda opción, perdedora aunque muy fuerte, es el status quo: socialdemócrata o católico, mutatis mutandis
En Francia, Martine Aubry ha quedado segunda (30%), con un proyecto socialdemócrata tradicional; defensa de los derechos adquiridos por las clases populares, sin mayores concesiones a la nueva situación: soluciones nacionales francesas para enfrentarse a un cambio global. Tenía el apoyo de muchos jerarcas y cargos electos socialistas.
En Polonia, Jaroslaw Kacnynski y su partido (Derecho y Justicia - PiS) han tenido el 30% también, defendiendo una postura muy tradicional: nacionalismo, conservadurismo social y catolicismo; desde otro punto de vista, pues, más de lo mismo. En este caso, Kaczynski tenía el apoyo de muchos jerarcas de … la Iglesia Católica.
El germen de un populismo anti sistema
La tercera opción ha sido sorprendente, en ambos casos. Por sus ideas y por el apoyo recibido.
En Francia, Arnaud Montebourg ha tenido el 16% de los votos, con un programa populista de izquierda radical: anti globalización, anti modernización, anti capitalista. En Polonia, Janusz Palikot o el ha recibido el 11% de los votos, con una mezcla de populismo y redicalismo liberal; anticlerical, modernizador en lo social, antípolítico: quiere gobernar Polonia "como se dirige una empresa". Dos políticos anti sistema, que pueden ser el germen de movimientos populistas importantes.
Dos electorados tan diferentes, en los dos extremos de Europa. Francia, en el eje de la Unión Europea, creadora de sus instituciones y del Euro; directora de la política continental durante cincuenta años. Polonia, el mayor país excomunista de Europa del Este, integrada en la Unión desde hace diez años, adaptándose a la nueva situación, entre sus poderosos vecinos.
Ambas se enfrentan a nuestra época de crisis, y reaccionan políticamente de manera parecida. Apuestan por el reformismo centrista / liberal, aunque no de forma contundente: muchos ciudadanos se aferran a soluciones clásicas (sean socialdemócratas o católicas conservadoras). Mientras, una minoría importante avisa: la sociedad sufre, las clases populares están progresivamente peor, los jóvenes no ven una salida.
Hay que encontrarla, si queremos que sociedad civil, actividad política y democracia sigan siendo valores compartidos.