Tiziano pintó tres retratos de su contemporáneo Carlos V, Rey de las Españas, de Sicilia y Nápoles, Duque de Borgoña, Emperador de Alemania. Representan tres etapas muy distintas de la vida del rey: juventud, madurez, vejez; y tres momentos muy distintos de su reinado. En los tres, Carlos V aparece de cuerpo entero, pero en actitudes muy distintas.
CARLOS V, CABALLERO, REY Y EMPERADOR
El primer retrato es de 1532 o 1533. El rey tenía treinta y dos años. Representa, pues, al Carlos V joven. Lleva diez años de rey de España y tres de Emperador de Alemania. Está todavía, en su etapa modernizadora, bajo la doble influencia, liberal y aperturista, del Renacimiento italiano y el reformismo de los Países Bajos. Es la época de Boscán, Garcilaso (y la influencia poética italiana de Petrarca), de Luis Vives (y el reformismo erasmista cristiano). El cuadro podría representar esa encuentro: Carlos V, representante de las élites flamencas, posando para Tiziano, representante del, ya maduro, renacimiento veneciano.
El retrato, en sí mismo, simboliza muy bien la época. Carlos V aparece de pie, firme, joven, empezando un proyecto de reinado. Va vestido de manera elegante y civil, como un cortesano; no lleva armadura, ni símbolos del poder. Es el rey de su tiempo, moderno, sin reminiscencias militares. El único símbolo de su poder podría ser un perro, que está junto a él, que representa la fidelidad del súbdito. Pero no necesita domarle, ni amenazarle: le acaricia de forma confiada.
La luz se concentra en el primer plano, en el emperador, que emerge de un mundo oscuro, que es superado por la figura. Los colores son matizados: diferentes combinaciones de nácar, beige y amarillo cálido. Su rostro esboza una sonrisa. Es, pues, la imagen del rey cercano, culto, civil y abierto.
CARLOS V, VICTORIOSO: DESPUÉS DE LA BATALLA DE MÜHLBERG
Fue pintado por Tiziano en 1548. Representa a Carlos V, emperador victorioso, frente a los protestantes alemanes, en la batalla de Mühlberg (1547).
El rey y emperador se nos muestra como un «soldado de Cristo» en defensa de la cristiandad atacada por los protestantes. Lleva una larga lanza, que simboliza la lucha de San Jroge contra el dragón (es decir, la herejía).
En esta obra, Tiziano combina una doble propaganda política: el ideal caballeresco (puesto de moda, en el Otoño de la Edad Media, Siglos XIV y XV, por los Diques de Borgoña, antepasados de CArlos V) con la idea del césar imperial romano, recogida en la estatua ecuestre de Adriano, del Foro Imperial de Roma.
La luz y los colores son “imperiales”: luz de un nuevo amanecer, colores cálidos, rojos, ocres y metálicos. Carlos V está serio e impasible. Es, pues, la imagen del rey poderoso, distante, invicto, señor de medio mundo.
EL FINAL DE UN IMPERIO: CARLOS V EN YUSTE
En 1555-1556, Carlos I de España y V de Alemania abdica. Deja el Imperio a su hermano Fernando y las Españas y las Indias a su hijo Felipe. En 1556, se retira al Monasterio de Yuste, donde murió en 1558.
El tercer cuadro de Tiziano fue pintado en 1548. Aparece otro Carlos V, preparándose para dejar el poder, y este mundo. Simboliza muy bien este fin de época. Tiziano está pintando el anterior retrato, símbolo del poder, casi al tiempo que éste, que no puede ocultar la decadencia de ese poder.
Carlos V está sentado en un sillón frailuno, viejo, cansado; sus piernas están hinchadas por la gota. Vuelve a ir vestido elegante y civil, pero ya no como un cortesano. Parece un burgués de Flandes, vestido de negro y con alzacuellos, con un abrigo y guantes, para protegerse del frío que le acecha en Yuste, igual que el frío de los protestantes nórdicos acecha su imperio. Aparece un objeto, a su izquierda; quiere ser una espada, de caballero y de defensor de sus reinos; pero es un bastón, que sostiene al anciano, y sostiene los restos de su imperio.
El emperador está “arrinconado”, junto a una antigua columna clásica: mundo que pasó. Al fondo, un paisaje de invierno español: unos pinos helados. Nada queda del imperio, que soñó: liberal, abierto al mundo, cosmopolita. Se anuncia la nueva época: inquisición, frailes, frío de estatua.
domingo, 30 de noviembre de 2008
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1 comentario:
Carlos V (nefasto rey para este pais) Hizo su último viaje desde Flandes a Yuste desembarcando en Laredo. Todos los años se conmemora este hecho un viernes del mes de Septiembre con una fiesta que os puedo recomendar por experiencia propia. Hay hasta un torneo tipo Ricardo Corazón de León, en la playa de la Salvé. Me comprometo a hacer de cicerone al que se anime
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