Todos estamos preocupados por la situación económica y social.
La inseguridad en nuestro trabajo, o el paro que vivimos de cerca, nos agobian. No sabemos qué hacer. Parece una situación inacabable y que se deteriora, lenta y progresivamente.
Esperamos que ALGUIEN nos saque de ésta, tire adelante del carro colectivo. Angela Merkel, o los famosos "políticos" o el FMI o el Club Bildelberg. Quizá nuestro error sea esto: pensar que ALGUIEN nos va a sacar.
Pienso que debemos partir de tres premisas. Primera. No esperes que ALGUIEN externo te vaya a solucionar nada. Lo público va a ser más pequeño, cada año. Los "políticos" no van a poder solucionar nada. Algunos, los más comprometidos van a intentar: unos, salvar el bienestar social que puedan (hospitales, escuelas); otros, recortar los gastos inútiles, para adaptarse a la situación. La mayoría sólo intentarán sobrevivir.
Segunda. La situación ha venido, para quedarse. Hemos cambiado de paradigma; nuestra vida será (bueno, es) distinta a la de antes: menos consumista, menos fácil, menos rica. Por lo tanto, no intentemos volver a lo de antes: restaurantes caros, viajes a paraísos tropicales, varios coches, gimnasios, segundas residencias. Ahora, será época de bares de tapas, viajes por España, un coche, jogging por la calle o piscina municipal, alquiler de casa por temporada. Y los que tenían "chollos" públicos (entradas gratis, enchufes en cajas de ahorros, etc) los irán perdiendo.
Tercera. Intenta hacer algo, por ti, los tuyos y la sociedad. Por ti mismo, y contando con los que tienes alrededor. Empieza una época de esfuerzo personal: ahorra, sé austero, trabaja duro, resiste, fórmate, exígete a ti mismo. Y piensa en qué eres bueno, qué tienes de especial: eso te salvará.
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