En
los años 50 / 60, las marcas "se repartían el mercado"; hoy está
prohibido por el Derecho de la Competencia. El Cacaolat tenía reservada
Cataluña, y era casi imposible encontrarlo fuera, menos en ... Comillas
Comillas era el núcleo de conexión entre los catalanes
Güell y los cántabros López. Ambas
familias, primero de indianos en Cuba y después de navieros e industriales en
España, estaban emparentadas. D. Eusebio Güelll, conde de Güell, se casó con
una hija de D. Antonio López, Marqués de Comillas.
De ahí viene la conexión entre las familias,
los negocios y los gustos culturales. Por ejemplo, el Conde de Güell era gran
admirador y mecenas de Gaudí; le encargó varios palacios en Barcelona, una fábrica
(la Colonia Güell) y el actual Park Güell. Le transmitió esa admiración a la familia López. De ahí que el Marqués
de Comillas encargara a Gaudí el “Capricho” (en su villa natal) y otras obras.
Los Güell siguieron y siguen veraneando con los
López y compartiendo fincas y palacios en Comillas, hasta hoy.
Por eso, no me extrañó, en los años 70, ver que
los Güell habían llevado el Cacaolat hasta Comillas. Allí se vendía entonces,
con toda naturalidad; como si estuviésemos en el Paseo de la Bonanova.
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