jueves, 10 de septiembre de 2015

SENSACIONES DE HUNGRÍA (4) - EL CULTO HÚNGARO AL AGUA

Este Verano, aguantamos el calor de Hungría, gracias al agua siempre tan presente. El agua es un elemento importantísimo en la vida y la cultura húngaras.
Agua visible o invisible
Hungría es un país sin mar; irónicamente, entre 1920 y 1945, tuvo un dictador que era marino: el Almirante Horthy. A pesar de no tener mar, el agua abunda; por eso es tan verde. A veces, está oculta: las montañas del Norte, espina dorsal del país de Este a Oeste, tienen caudales subterráneos, fuentes termales … Otras, es muy visible: el Danubio, grandes ríos de la llanura o lagos, como el Balaton, el mayor de Europa.






Por esta razón, el país está lleno de balnearios, spas, piscinas; muchas veces, de agua templada. Bañarse al aire libre es muy popular entre los húngaros, incluso en invierno. No conozco el origen de esta costumbre. ¿Quizá los siglos de ocupación e influencia turca? Creo que la costumbre siguió en la época austríaca: muchos baños son del S. XIX. Fue muy popular en la época comunista y sigue de moda hoy.
Baños públicos, piscinas, balnearios
Visitar baños y piscinas es un espectáculo; y usarlos es estupendo. Acuden gentes de toda edad y condición, practicando en el agua diferentes ritos sociales: parejas jóvenes casi retozando, adolescentes jugando a la pelota, padres con niños dando saltos, madres con bebés, familias (incluidos abuelos) hablando en el agua, circulando, cuidándose … No suelen nadar: el agua no cubre casi nunca; se limitan a flotar, conversando, con el agua hasta la cintura.
Nos bañamos en diferentes tipos de baños y piscinas. Los históricos de Budapest: el popular Szechenyi y el aristrocrático Gellert; ambos de arquitectura “sezession”, uno en medio de un parque, el otro en un hotel que fue de lujo. Los de hoteles provincianos, sencillos, modernos y menores. Las grandes piscinas municipales, de los años 50.






Los baños estaban bien cuidados y limpios, con piscinas de agua tibia y fría, sus guardarropas, su alquiler de impecables toallas y gorras, y … sus colas soviéticas … Siempre en medio del verde, rodeados de árboles, con frecuencia junto al río, con piscinas de agua tibia y fría. Siempre llenos de gente alegre, serena y poco chillona.
En medio del calor, las visitas culturales, los kilómetros de coche, el cansancio, siempre pensábamos: "en la ciudad del hotel, encontraremos una piscina y podremos nadar y refrescarnos."
Mañana Las Noches de Hungría.



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REMBRANDT VAN RIJN

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