La primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, de hace dos semanas, ha dado resultados interesantes -y preocupantes- en la actual región de Occitania: las antiguas regiones de Midi (Toulouse) y Languedoc (Montpellier), que incluye Rosellón.
El reparto regional de votos es distinto del global en el conjunto de Francia.
Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional, ultraderechista, populista, nacionalista ha ganado: ha tenido casi el 23%. Seguida, muy de cerca, por Emanuel Macron, independiente de centro izquierda liberal: 22,3%. Jean Luc Mélenchon, populista de izquierda / comunista le pisa los talones: 22,1%.
La distribución de votos dentro de Occitania es también interesante.
Por ejemplo, la ultra Le Pen ha ganado gracias a su fuerza en la cuenca del Mediterráneo: el antiguo Languedoc-Rousillon (capital, Montpellier). Es una región, donde hay afincados numerosos descendientes de pied-noirs (ex colonos franceses en Argelia) y, por otro lado, muchos maghrebíes.
En cambio, el centro-izquierdista Macron ganó en las regiones centrales: la antigua región de Midi-Pyrennées (capital, Toulouse). Es una región de tradición centro-izquierdista: socialistas y radicales han dominado la región, desde la Tercera República (antes de la Segunda Guerra Mundial).
El reparto regional de votos es distinto del global en el conjunto de Francia.
Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional, ultraderechista, populista, nacionalista ha ganado: ha tenido casi el 23%. Seguida, muy de cerca, por Emanuel Macron, independiente de centro izquierda liberal: 22,3%. Jean Luc Mélenchon, populista de izquierda / comunista le pisa los talones: 22,1%.
La distribución de votos dentro de Occitania es también interesante.
Por ejemplo, la ultra Le Pen ha ganado gracias a su fuerza en la cuenca del Mediterráneo: el antiguo Languedoc-Rousillon (capital, Montpellier). Es una región, donde hay afincados numerosos descendientes de pied-noirs (ex colonos franceses en Argelia) y, por otro lado, muchos maghrebíes.
En cambio, el centro-izquierdista Macron ganó en las regiones centrales: la antigua región de Midi-Pyrennées (capital, Toulouse). Es una región de tradición centro-izquierdista: socialistas y radicales han dominado la región, desde la Tercera República (antes de la Segunda Guerra Mundial).
El voto a Mélenchon, populista de izquierda / comunista me ha llamado la atención. Ha hecho un muy buen papel, casi arrebatando a Macron el segundo puesto. Incluso ha ganado en el Departamento de Ariège (Foix). Estos resultados tienen raíces históricas.
En esta elección, todos los departamentos de Occitania han tenido "bolsas de voto rojo", en las zonas más rurales y montañosas. Especialmente, los departamentos del Mediterráneo, donde ganó Le Pen.
El Sur de Francia tiene una larga tradición izquierdista, a pesar de ser -en su mayor parte- de clase media, incluso rural.
Estas raíces izquierdistas -en áreas remotas, montañosas, rurales- se remonta a los Cátaros. Allí se refugiaron, en el S. XIII, cuando fueron expulsados de las ciudades por los cruzados católicos del Norte. Allí fueron fieles al anti-papa de Aviñón, durante el Cisma de Occidente, en el S. XV. Fueron calvinistas, en las Guerras de Religión católicos / protestantes del S. XVI y XVII.
Estos distritos siguieron siendo rebeldes en el mundo moderno. Eran jacobinos, en la Revolución Francesa, a fines del S. XVIII; y republicanos en el S. XIX. En la III República, fueron del Partido Republicano Radical y, después, socialistas. Pasaron a votar comunista, después de la Liberación y bajo De Gaulle.
Con la inmigración maghrebí y el hundimiento de la economía y de los partidos tradicionales, se inclinaron por el utltraderechista Frente Nacional; como alternativa desesperada al sistema.
En estas elección, han vuelto a sus orígenes. Han encontrado en Mélenchon una alternativa izquierdista, radical, insumisa. Como han sido ellos, desde hace casi mil años.
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